El acné es uno de los trastornos de la piel más comunes tratados por los dermatólogos. El acné puede variar en gravedad desde una enfermedad leve hasta una enfermedad más grave y recalcitrante, incluidas lesiones, nódulos quísticos y lesiones en la espalda y el pecho. El acné también puede conducir a cicatrices significativas y despigmentación. Si tiene acné, podemos diagnosticarlo observando sus brotes. Durante su cita, también anotaremos qué tipos de acné tiene y dónde aparecen los brotes en su piel. Esto nos ayuda a crear un plan de tratamiento eficaz. Los tratamientos para el acné tienen como objetivo: disminuir la producción de sebo, matar las bacterias del acné, ayudar a normalizar el desprendimiento de la piel y reducir la inflamación. Ya sea que tenga acné persistente u otra afección, podemos crear un plan de tratamiento adaptado a sus necesidades.